lunes, 31 de marzo de 2014

EL CASTILLO DE BELLVER

Es de estilo gótico y fue construido entre los años 1300 y 1311.
En su interior se encuentra el Museo de Historia de la Ciudad, que cuenta con piezas procedentes de excavaciones arqueológicas y colecciones de arte municipales, así como con la Colección Despuig de Escultura Clásica. También se encuentra en su interior la capilla de San Marc, patrón del castillo.
El Castillo de Bellver sa halla situado a 3 km del centro de la ciudad de Palma y a 112'6 m de altura sobre el nivel del mar, dominando la bahía y gran parte de la isla de Mallorca. Su construcción se inicia a principios del siglo XIV por orden de Jaime II, Rey de Mallorca, combinando las funciones defensiva y palaciega.
La planta del edificio es circular, con tres torres semicirculares adosadas y una separada unos siete metros del cuerpo del Castillo. La construcción, dispuesta alrededor de un patio central, presenta dos niveles: la planta baja con arcos de medio punto y techos planos, y la superior con arcos apuntados, cubierta con boveda de crucería en el más puro estilo gòtico.
El Edificio y el bosque fueron cedidos por el Estado al Ayuntamiento de Palma en 1931, que lo convirtió en sede del Museo. Al mismo tiempo, en él se desarrollan numerosas actividades culturales y lúdicas.
Planta Baja: Patio de Armas y Museo de Historia de la Ciudad.
Recorrido a través de la historia de la Ciudad y su evolución urbana desde la Edad del Bronce hasta nuestros días.
Planta Noble: Capilla de San Marcos, Sala de Jovellanos, salón del trono, cocina y Colección Despuig de Escultura Clásica.
Terraza: Vistas panorámicas de la Ciudad y su bahía.
Servicio gratuito de visitas guiadas:
A.Visitas diarias de 30 minutos para los visitantes del Castillo. Consultar idiomas y horarios a www.cultura.palma.es
B. En días y horas a convenir para grupos de entre 10 y 20 personas,
Toda la información y formulario de solicitud para grupos en: www.cultura.palma.es
Accesos:
Bus 50 (bus turístico). Parada Castillo de Bellver
Buses 3, 20. Bus 46 (por el Terreno). EMT Palma
Parada Plaza Gomila, subida a pie (20' aprox.) por c/ Bellver y escalera
Parada c/ Joan Miró, 16, subida a pie (20' aprox.) por c. Camilo José Cela a través del bosque (No está señalizado)
Parada c/ Joan Miró, 16, subida a pie 2,5 km. por c/ Camilo José Cela.
Taxi. Hay una parada de Taxis al inicio de la c/ Camilo José Cela (971 401 414)
Vehículo particular. Acceso por c/Camilo José Cela hasta el área de parking del Castillo

EL MUELLE DE CRUCEROS DE PALMA DE MALLORCA

Palma de Mallorca
Este puerto ha ido cobrando importancia con el transcurso de los últimos años, no sólo como puerto de escala para cruceros con rutas en el mediterráneo occidental, sino como puerto de salida para navieras low cost como Thomson o navieras importantes como Royal Caribbean o MSC Cruceros con sus barcos menos punteros como el Grandeur of the Seas o el MSC Lírica respectivamente. Debo reconocer que este destino nunca me había atraído como puerto de escala, pero una vez visitado debo admitir que puede ser considerado como plato fuerte de cualquier circuito de cruceros del Mediterráneo Occidental junto con otros puertos como Barcelona, Roma o Túnez.
El muelle de cruceros está bastante lejos del centro de Palma (zona de la Catedral), por lo que se puede optar por el servicio de lanzadera del barco. La lanzadera le dejará al lado de la Catedral, donde se encuentra una oficina de información y turismo (podrá pedir un plano de la ciudad) También puede coger la línea 3 (1,25€) de autobús desde la calle Joan Miró 145 hasta la plaza del Rey Juan Carlos (a la vuelta pasa casi por el mismo sitio).
La zona centro de la ciudad tiene una gran cantidad de callejuelas llenas de tiendas y muchos atractivos para pasear. Les recomiendo que recorran todas las calles en la cuadrícula entre la comandancia de Marina, la plaza del Rey Juan Carlos, plaza mayor y plaza de Sant Francesc.
También pueden optar por el Bus Turístico que llega hasta el castillo de Bellver. Hay una parada a la salida de la terminal de cruceros que suele estar llena si hay muchos cruceros en Palma. Aún así la frecuencia de paso de los autobuses es muy buena (cada 20 minutos) por lo que tampoco se tiene que esperar mucho.

BUS TURÍSTICO EN MALLORCA

Aunque todos parece ser que conocemos Mallorca quizás sea interesante formar una grupo de más de 15 para obtener descuento. La opción puede ser interesante para los que vamos con niños.

LUGARES TURÍSTICOS DE FLORENCIA

MICHELIN VIAJES valora de esta manera los lugares que vamos a visitar:
Esta gran iglesia de predicación (140 m por 40 m) está cubierta con una armadura pintada y presenta una sobria planta en forma de tau (un largo rectángulo dividido en tres naves prolongadas por el altar mayor, dotado de pequeñas capillas axiales, y con un crucero corto). Aunque comenzada en 1294 por Arnolfo di Cambio y consagrada en 1442, la fachada neogótica data de 1857 y el campanario actual de 1867. El púlpito de la nave (1476), que ilustra la vida de san Francisco, es de Maiano. La nave lateral derecha es la que posee mayor número de tumbas y obras de arte: se ven sucesivamente una Virgen amamantando (1478) de Rosselino, la tumba de Miguel Ángel (adornada con tres alegorías de la escultura, la pintura y la arquitectura, de Vasari, 1570), el cenotafio del Dante (enterrado en Rávena), la tumba del dramaturgo Alfieri de Canova (1810), la tumba de Maquiavelo, una Anunciación de Donatello (1430) de caliza realzada con oro y, por último, la tumba del humanista Leonardo Bruni. En el otro lado están la tumba de Galileo, la Pietà de Bronzino y la lápida sepulcral de Ghiberti. En el crucero derecho hay frescos de la vida de la Virgen, de Gaddi, en la capilla Baroncelli. Entre las capillas axiales, la situada a la derecha del altar está cubierta con frescos de Giotto consagrados a san Francisco. En el presbiterio está el fresco de la Leyenda de la Santa Cruz, de A. Gaddi. La capilla Bardi, en el crucero izquierdo, contiene la Crucifixión de madera de Donatello, muy realista, que Brunelleschi intentó superar en Santa María Novella. La sacristía (s. XIV) contiene una bella Resurrección de T. Gaddi.
La Signoria era la sede del gobierno de Florencia, constituido por los priores de las seis artes mayores a los que se incorporó en 1293 un gonfalonero, encargado de la justicia y del ejército. Éstos, elegidos por periodos de dos meses, vivían en una reclusión casi total durante su mandato. En esta plaza tenían lugar las ceremonias oficiales y en ella se reunían los florentinos. Aquí fueron colgados los Pazzi y sus asesinos a sueldo tras el fracaso de su conjura (1478), y aquí organizó Savonarola, en 1497, una "hoguera de las vanidades" en la que ardieron libros, máscaras de carnaval, pelucas e incluso instrumentos de música; dos años después el propio monje sería quemado en el mismo lugar. La plaza, que da acceso por el sur a la Galería de los Oficios, es un auténtico museo al aire libre: delante del Palacio, Judit y Holofernes (copia de una obra de Donatello conservada en el interior) se codean con el David (copia de la estatua de Miguel Ángel expuesta en la Academia), un grupo original de Bandinelli, Hércules y Caco y el "Biancone", fuente de mármol blanco que representa a Neptuno. En la esquina de la piazza degli Uffizi se halla la loggia della Signoria (finales del s. XIV), donde se entronizaba a los priores y de donde salían para asistir a las ceremonias oficiales públicas. Ésta alberga el Perseo de bronce de Benvenuto Cellini y dos grupos de Juan de Bolonia, Hércules derribando a Neso y El rapto de las Sabinas.
Dos pilares poligonales sostienen tres arcos bajos sobre los que se alzan talleres de dos o tres pisos, construidos verticalmente sobre el río y sustentados por ménsulas de madera (sporti). Aunque las tiendas están ocupadas ahora exclusivamente por joyeros que venden tanto objetos sin valor como piezas de lujo, en otros tiempos estaban reservadas a los carniceros y a los curtidores: unos arrojaban al río sus residuos y los otros extraían el agua necesaria para trabajar las pieles. Todas éstas actividades poco salubres y malolientes fueron prohibidas por el gran duque Ferdinando I en 1593, sustituyéndolas por comercios de joyería y orfebrería limpios y rentables (desde el punto de vista fiscal). En medio del puente hay un espacio sin tiendas desde el que se puede admirar la ciudad bajo la mirada de Benvenuto Cellini, cuyo busto de bronce del s. XIX se instaló en 1900 como homenaje a este gran maestro de la orfebrería, inspirador de los artesanos actuales.
Fue Cosme I quien en el s. XVI mandó construir los soportales del Mercado Nuevo, reconocible por sus elegantes arcadas renacentistas. Hoy acogen un mercado de recuerdos, bordados, encajes y artículos de cuero, piedra dura y madera estofada, especialidades de la artesanía florentina. Junto al edificio, en el lado orientado hacia el Arno, se levanta la fuente del Porcellino, así llamada por el jabalí de bronce que la orna, realizado por Pietro Tacca a principios del s. XVII.
A partir de una pequeña iglesia consagrada a la Virgen a mediados del s. XIII, los dominicos construyeron la suntuosa Santa María Novella (1279-1360). A petición de la rica familia Rucellai, León Alberti añadió la fachada de mármol entre 1458 y 1470, adaptándola al nuevo estilo renacentista, en particular en el tratamiento de los arcosolios del registro inferior de la nave y de las dos elegantes volutas que repiten el motivo omnipresente del (semi) círculo combinado con cuadrados, sobre todo en las del friso decorado con velas de barco, símbolo de los Rucellai. El amplio interior recuerda a las iglesias cistercienses: ancha nave central separada de las laterales por arcos sobre pilares bicolores en disminución para ampliar la perspectiva. Su sobriedad estructural contrasta con la riqueza decorativa, que la convierte en una de las iglesias-museo más ricas de Florencia: en el lado derecho, la capilla Strozzi decorada por Filippino Lippi; en el lado izquierdo, la magnífica Crucifixión de Brunelleschi en la capilla Gondi, y, en la capilla sobreelevada, los frescos y el políptico de los hermanos Orcagna. En la sacristía hay una Crucifixión de Giotto y un lavabo de Della Robbia; en el centro de la nave lateral izquierda, la célebre Trinidad de Masaccio de innovadora perspectiva. Y, claro está, el presbiterio con ciclos de frescos que Ghirlandaio consagró a la Vida de la Virgen (lado izquierdo) y a la de san Juan Bautista (lado derecho), donde el pintor combina los temas religiosos con la vida profana de la Florencia de su época.
El conjunto forma un campo santo urbano totalmente distinto del de Pisa; mientras que en este último el espacio permitió alinear los monumentos en perspectiva, aquí las limitaciones de la ciudad obligaron a agruparlos y no hay suficiente distancia en la plaza para apreciar el juego de formas y volúmenes. Por eso, la mejor forma de observar las cúpulas y el campanario es dirigirse a las calles que suben del Arno o bajan de San Marcos, del Hospital de los Inocentes, o a las que proceden del oeste desde Sainta Maria Novella. Al sur de la plaza, en la esquina con la calle Calzaiuoli, la loggia del Bigallo, donde se recogían los niños abandonados, abre sus dos arcos de medio punto del s. XIV y contiene un pequeño museo que alberga algunas pinturas y frescos de la época.
Santa María de la Flor posee una de las mayores naves de la cristiandad: 155 m de largo, 90 m de ancho en el crucero, 107 m de altura bajo la cúpula. El exterior, de mármoles blanco, verde y rosa, juega con las líneas verticales y horizontales para alegrar la aparente sencillez de la planta de cruz latina, inspirada en las basílicas primitivas: un largo cuerpo central cuya unidad sólo rompen los dos ábsides laterales pentagonales, y de original estilo gótico. El interior presenta tres naves de sólo cuatro tramos que conducen directamente al presbiterio octogonal, cuyo altar está dominado por una imponente crucifixión de madera de Benedetto da Maiano (s. XV). Los tres ábsides (que separan la antigua y la nueva sacristías, ambas adornadas en el tímpano con terracotas de Della Robia que representan la Ascensión y la Resurrección), que prolongan la nave más allá del presbiterio y se distribuyen a ambos lados de éste, albergan cinco capillas cada uno. El presbiterio ofrece una magnífica vista de la admirable cúpula de Brunelleschi (cubierta con un fresco de Vasari, El Juicio Final), obra maestra de ingenio constituida por un casquete de venticuatro nervaduras unidas mediante anillos de mampostería horizontales, y revestido por un casquete exterior autoportante cubierto de ladrillos rojos. La ascensión a la cúpula se realiza entre los dos casquetes y termina en la linterna (463 escalones), desde la que se divisa un maravilloso panorama
.
Posee tres puertas de bronce que llaman la atención. La del sur, realizada por Pisano a partir de 1330, es de estilo gótico con paneles cuadrilobulados que representan las virtudes teologales y cardinales en los dos registros inferiores, y la vida de Juan el Bautista en los medallones superiores. La puerta norte es del joven Ghiberti (entre 1403 y 1424) y aunque repite los formatos de Pisano, da más importancia a los personajes. Los registros inferiores representan a los Doctores de la Iglesia y a los Evangelistas, mientras que la vida de Cristo se narra en los cinco registros superiores, que pueden leerse de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha. La puerta este, que también es obra de Ghiberti, fue apodada por Miguel Ángel la Puerta del Paraíso; realizada entre 1425 y 1452, sustituye la compartimentación gótica por la división en grandes paneles que permiten el desarrollo de narraciones complejas. La multiplicación de los personajes obliga al escultor-orfebre a trabajar los relieves para resaltar los diversos planos de las escenas extraídas del Antiguo Testamento: la Creación, Caín y Abel, Historia de Noé, Jacob y Esaú, Moisés recibiendo las Tablas de la Ley, Salomón y la Reina de Saba... El interior destaca por su cúpula, un gran fresco de mosaico realizado sin duda en el s. XIII por artistas venecianos inspirados en el arte bizantino. Sobre un fondo dorado se ve un amplio Juicio Final a partir del cual irradian, del centro hacia el exterior, un Génesis, una Vida de José, una Vida de la Virgen y una Vida de san Juan Bautista.
A la muerte de Giotto, que emprendió su construcción en 1334, sólo se había realizado la base de medallones hexagonales de Della Robia y Pisano. Pisano asumió la obra y continuó el primer registro revistiéndolo con medallones en forma de rombo y después construyó el segundo registro, compuesto por dos pisos de cuatro angostas ventanas góticas en las que las del nivel superior son ciegas. Los tres últimos registros son de Talenti: el tercer y cuarto registros están formados por dos ajimeces góticos que estilizan el campanario antes del último orden, el más alto de todos, ocupado por un único vano rematado mediante un gablete.
La Plaza de la República (en italiano: Piazza della repubblica), situada en Florencia (Toscana, Italia), es una plaza en forma rectangular, que mide cerca de 75m por 100m. La Plaza de la República, es uno de los sitios más importantes de Florencia situado en el sitio del gueto, abierto durante los trabajos de la rehabilitación urbanística de la ciudad durante el Renacimiento, durante el cual también fueron creados los bulevares circulares de la ciudad. En su sitio se encontraban Mercato Vecchio, la Loggia del Pesce y el gueto de Florencia. Entre las cafeterías alrededor de la plaza, el café de Giubbe Rosse es el lugar de encuentro para los escritores y los artistas célebres, particularmente los del Futurismo.

domingo, 30 de marzo de 2014

LUGARES TURÍSTICOS DE ROMA

MICHELIN VIAJES valora de esta manera los lugares que vamos a visitar:
Situado cerca del Coliseo, este armonioso arco de triunfo de tres arcadas fue edificado en el 315 por el Senado y el pueblo para celebrar la victoria de Constantino sobre su rival Majencio. Al igual que el Coliseo, fue más tarde incorporado a las fortificaciones medievales, lo que le ha permitido llegar hasta nuestros días en tan buen estado.Hay que dedicar tiempo a examinar en detalle la abundante decoración esculpida, en algunos casos tomada de edificios anteriores. En el lado Norte (Coliseo), se puede ver en el piso superior estatuas de prisioneros Dacios procedentes de un monumento edificado en honor a Trajano, y bajorrelieves esculpidos en honor a Marco Aurelio que evocan su triunfo sobre los germanos. Cuatro medallones con el tema de la caza fueron tomados de un monumento de Adriano. La decoración de la fachada opuesta, que tienen el mismo esquema, narran las guerras de Marco Aurelio y muestran escenas de caza. Frente al arco de triunfo se encuentra el emplazamiento del Meta Sudans, una fuente que tenía la forma de un cono de donde el agua rezumaba como el sudor. Sus últimos vestigios desaparecieron en 1936.
Este colosal anfiteatro -el mayor del mundo romano- empezó a construirse en el año 72 sobre un parte de los terrenos que ocupaba la Casa Dorada (Domus Aurea) de Nerón. Consta de tres pisos de arquerías que se apoyan sobre pilares de columnas sucesivamente dóricas, jónicas y corintias, y está rematado por una muralla con pilastras de moldura plana. Al principio se llamó anfiteatro Flavio, pero puede que tomara el nombre de Coliseo debido a la colosal estatua de Nerón que se alzaba en los aledaños o simplemente por sus gigantescas dimensiones (527 m de circunferencia y 57 m de altura), a la altura de la grandeza romana. ¡Los juegos inaugurales, en el año 80 en tiempos de Tito, duraron cien días! En el interior descubrirá un óvalo bastante redondeado de 188 m por 156 m y rodeado por una impresionante muralla que antiguamente estaba cubierta de gradas con capacidad para 50.000 espectadores (45.000 sentados y 5.000 de pie). Bajo la arena se suceden los pasillos y corredores.
Fundada en el s. V por Sixto III, es una de las cuatro basílicas "mayores" de Roma, y goza, desde los acuerdos de Letrán (1929), del privilegio de extraterritorialidad.Rodeada de dos palacios idénticos, fue edificada por Ferdinando Fuga, arquitecto adepto al clasicismo pero influenciado por Borromini: las líneas quebradas y el juego de espacios vacíos son influencia de este último. Bajo el pórtico está el rey de España, Felipe IV, benefactor de la basílica. La loggia, desde donde el papa daba su bendición urbi et orbi, ha conservado una hermosa decoración de mosaicos, obra de Filippo Rusuti. El interior ha sido transformado muchas veces. De proporciones casi perfectas y dividido por una doble hilera de columnas jónicas y de resplandecientes colores, es un ejemplo de arquitectura cristiana primitiva. También merecen la pena los mosaicos de la nave central, del arco triunfal y del ábside. Los de la nave son los mosaicos cristianos más antiguos de Roma (s. V) y exhiben escenas extraídas del Antiguo Testamento. Los del ábside también son deslumbrantes. No hay que olvidar el baldaquibo, el techo dorado según se dice con el primer oro procedente de Perú, la capilla de Sixto V que convirtió a Roma en una gigantesca obra y la fastuosa capilla Paulina donde yace Pablo V Borghese en un decorado donde se mezclan jaspes, lapislázuli, ágatas y amatistas.
Los peregrinos acuden a esta iglesia para venerar las cadenas que apresaron a San Pedro en Jerusalén y después en Roma. Los amantes del arte acuden atraídos por el famoso Moisés esculpido en mármol de Carrara por Miguel Ángel, que iba a formar parte del monumental mausoleo concebido para el papa Julio II. El faraónico proyecto inicial se redujo singularmente tras la muerte del papa y Miguel Ángel sólo realizó el Moisés y los esclavos.
Los foros fueron construidos por deseo de César, Augusto, Vespasiano, Nerva y Trajano para que templos, basílicas y pórticos dieran fe de su poderío. De los de Nerva y Vespasiano apenas si queda nada. El yacimiento fue excavado durante el s. XIX. En esta época las construcciones que se añadieron durante la Edad Media fueron eliminadas. Entre 1924 y 1932, el yacimiento fue completamente excavado para construir la vía de los Foros Imperiales: esta arteria de 30 m de ancho y 850 de largo, divide de forma irremediable el yacimiento arqueológico.
En esta amplia plaza reina el sonido de los cláxones de los automovilistas furiosos, de las vespas, el gruñido de los autobuses, la bulla de una circulación caótica, los incesantes "pronto" en respuesta a los agridulces timbres de los portátiles. Es la plaza por donde todo el mundo pasa. Y pensar que en el Renacimiento era una tranquila placita...
Armonía, encanto, majestad. Es una plaza que hay que descubrir dejando a un lado todo lo demás, y imaginándose que uno está ahí solo durante un instante.Cubierta de monumentos y templos en la Antigüedad, abandonada a las cabras en la Edad Media, fue reacondicionada a partir de 1536 según un proyecto de Miguel Ángel, no siempre seguido al pie de la letra. Aunque antaño daba al foro, ahora se abre a la ciudad moderna, desde donde se accede por la escalera de la Cordonata. Las estatuas de los Dioscuros, Castor y Pólux, de finales del Imperio, a ambos lados de la escalera, fueron halladas en el Campo de Marte en el s. XVI. En el centro, la estatua ecuestre de Marco Aurelio contempla con la acostumbrada filosofía de este emperador la multitud que ha invadido la plaza. Los Trofeos de Mario y las columnas militares completan la decoración de esta plaza en forma de trapecio, cerrada por el palacio del Senado, el palacio de los Conservadores, a la derecha, y, a su izquierda, el Nuevo Palacio, que actualmente albergan el renovado y ampliado Museo del Capitolio.
Anita Ekberg en traje de noche chapoteando en la fuente: esta escena de la película de Fellini, La Dolce Vità, hizo tan famosa esta monumental fuente, obra maestra del barroco, que es difícil concebir el lugar sin la presencia de la rubia sueca, ni la de Marcello Mastroianni. Una multitud, en la cual los grupos de japoneses son mayoría, invade todos los días el lugar. El origen de la fuente, como nos recuerda uno de los altorrelieves, fue un canal de 20 km, la Acqua Vergine, construido por Agripa en 19 a.C. Clemente XII encargó a Nicola Salvi en 1732 su construcción. El arquitecto dio a la fuente las dimensiones del palacio al cual está adosado y diseñó un arco de triunfo de donde surge la figura del Océano, encaramada en un carro guiado por dos caballos marinos y dos tritones, mientras que desde los nichos laterales vigilan la Abundancia y la Salubridad. La tradición dice que aquel que arroje en las verdes aguas dos monedas regresará a Roma.
Un lugar célebre en todo el mundo: al final de la elegante via dei Condotti, esta plaza, dominada por la escalera de la Trinidad de los Montes, cuyos escalones son invadidos por jóvenes y menos jóvenes en los días de buen tiempo para descansar o disfrutar del instante y del lugar.Formada por dos triángulos, adquirió su nombre en el s. XVII cuando la embajada de España ante la Santa Sede se estableció en el palacio de España. Inmediatamente, el barrio se convirtió en territorio español: se cuenta que muchos extranjeros que se perdían aquí por la noche despertaban como soldados del ejército español sin comprender lo que había pasado. En el centro se alza la famosa fuente de la Barcaccia, que representa un barco decorado por los soles y las abejas del blasón de los Barberini. Se trataría de una obra de Pietro Bernini, el padre de Bernini. A la derecha de la escalera, está la casa rosa donde murió el poeta romántico inglés Keats. Haciendo juego con ésta, un salón de té de estilo muy victoriano. Y en frente se encuentra la suntuosa escalera, adornada de azaleas al acercarse la primavera y rematada por la fachada de la iglesia de la Trinidad de los Montes, precedida de su obelisco. Rara vez un lugar habrá sido tan fotografiado. Llega a tal punto su fama que uno queda verdaderamente sorprendido cuando al descubrirla comprueba que es tal como uno se la imaginaba... Y, por supuesto, al igual que todo el mundo, hay que sentarse en los escalones (¡si encuentra un sitio libre!) para aprovechar el instante y darse cuenta en efecto, de que realmente uno está en Roma.
En el centro de esta simpática plaza, invadida en días de buen tiempo por las terrazas de los cafés, se alza una fuente realizada por Giacomo Della Porta en 1578 y que el papa Clemente XI hizo recubrir en 1711 de un obelisco proveniente del templo de Isis y que se apoya sobre una base adornada con delfines y el blasón pontifical. El albergo del Sole, en el n° 63, es uno de los hoteles más antiguos de la ciudad y entre sus clientes se encuentra Ariosto (1474-1533). Y, por supuesto, aquí se encuentra el Panteón, una de las maravillas de Roma
"El panteón es lo más perfecto que nos queda de la arquitectura romana" exclamaba Stendhal. Cómo no compartir esta opinión al ingresar en este templo consagrado a todos los dioses por Agripa en el año 27 a.C. y luego reconstruido por Adriano en el s. II, antes de ser transformado en iglesia a partir de s. VII.Apenas cruce el galería porticada de sus 16 columnas de granito monolíticas quedará embargado por la grandeza y la armonía de esta inmensa sala circular. La cúpula antigua, de una insólita audacia, se alza a 43,30 m de altura y está abierta en el centro por una enorme linterna, única fuente de luz del edificio. El interior está marcado por columnas monolíticas dispuestas delante de nichos redondeados y rectangulares. Fueron habilitados como capillas: en una reposa el primer rey de Italia, Víctor Manuel II (1820-1878). El pintor Rafael, fallecido en 1520, descansa en un hermoso sarcófago antiguo en el que está inscrito el famoso homenaje de Pietro Bembo: "Al verlo la Naturaleza temió ser vencida; ahora que está muerto, teme morir". Aquí, en este lugar impregnado de la magia del pasado y de la grandeza clásica, es imposible no experimentar una profunda emoción.
Desde la mañana hasta la noche, este emblemático lugar está siempre lleno de una densa multitud. Las terrazas de los cafés (entre los cuales destaca el histórico Tre Scalini, famoso por sus tartuffi) siempre están repletas, sus fuentes sirven de improvisados bancos a los paseantes, los caricaturistas ofrecen su lápiz a los transeuntes, palomas y tortolillos hacen gorgoritos al unísono y músicos y malabaristas reúnen a los curiosos en torno a ellos. Si cae una gota de agua, aparecen instantáneamente de no se sabe dónde un ejército de vendedores de paraguas... ¡Es el teatro permanente de Roma! Esta plaza alargada, que recuerda el estadio de Domiciano, está bordeada de fachadas ocres, fuentes como la Fontana dei Fiumi encargada a Bernini por el papa Inocencio X o las del Moro y de Neptuno en ambos extremos, un obelisco en su centro hallado en la via Appia, la fachada cóncava de la iglesia de Santa Inés de Borromini y el palacio Pamphili que alberga la embajada de Brasil. Un emperador, un papa, dos maestros del barroco, toda Roma resumida en esta plaza . La Plaza Navona es antes que nada un lugar agradable, un armonioso conjunto, un lugar para pasear o para tomar algo en alguna de sus terrazas o cafés, un lugar para experimentar la célebre dolce vità romana.
Esta inmensa plaza, vestíbulo de la Basílica de San Pedro, es indudablemente una de las más conocidas del Mundo.Iniciada en 1656 por Bernini bajo el pontificado de Alejandro VII, fue terminada en 1667. De forma casi circular (se trata en realidad de una elipse), está rodeada a ambos lados de dos columnatas que forman un notable conjunto de sobriedad y solemnidad. En el centro de la plaza se alza un gran obelisco. Este monolito de granito tallado en el s. I a.C. en Heliópolis fue traído a Roma por orden de Calígula, quien hizo que lo colocaran en su circo, a la izquierda de la actual basílica. Sixto V ordenó a Doménico Fontana su instalación en el centro de la plaza. No menos de 800 hombres y 75 caballos fueron necesarios para realizar esta operación. En la cúspide se conservó una reliquia de la Santa Cruz. Las dos fuentes son atribuidas a Bernini y a Carlo Maderno. Los dos discos insertados en el suelo señalan los focos de la elipse que forma la plaza. Desde aquí, la columnata parece compuesta de una sola fila de columnas, una proeza de perspectiva de la cual Bernini era un apasionado. Una escalera majestuosa conduce de la plaza a la basílica. Con motivo de las apariciones papales, la inmensa plaza, llena de gente, se muestra en toda su esplendor. Fuera de las grandes fechas del calendario, el Papa aparece en el balcón para el Angelus cada domingo (al mediodía).