LUGARES TURÍSTICOS DE ROMA
MICHELIN VIAJES valora de esta manera los lugares que vamos a visitar:
Situado cerca del Coliseo, este armonioso arco de triunfo de tres arcadas fue edificado en el 315 por el Senado y el pueblo para celebrar la victoria de Constantino sobre su rival Majencio. Al igual que el Coliseo, fue más tarde incorporado a las fortificaciones medievales, lo que le ha permitido llegar hasta nuestros días en tan buen estado.Hay que dedicar tiempo a examinar en detalle la abundante decoración esculpida, en algunos casos tomada de edificios anteriores. En el lado Norte (Coliseo), se puede ver en el piso superior estatuas de prisioneros Dacios procedentes de un monumento edificado en honor a Trajano, y bajorrelieves esculpidos en honor a Marco Aurelio que evocan su triunfo sobre los germanos. Cuatro medallones con el tema de la caza fueron tomados de un monumento de Adriano. La decoración de la fachada opuesta, que tienen el mismo esquema, narran las guerras de Marco Aurelio y muestran escenas de caza. Frente al arco de triunfo se encuentra el emplazamiento del Meta Sudans, una fuente que tenía la forma de un cono de donde el agua rezumaba como el sudor. Sus últimos vestigios desaparecieron en 1936.
Este colosal anfiteatro -el mayor del mundo romano- empezó a construirse en el año 72 sobre un parte de los terrenos que ocupaba la Casa Dorada (Domus Aurea) de Nerón. Consta de tres pisos de arquerías que se apoyan sobre pilares de columnas sucesivamente dóricas, jónicas y corintias, y está rematado por una muralla con pilastras de moldura plana. Al principio se llamó anfiteatro Flavio, pero puede que tomara el nombre de Coliseo debido a la colosal estatua de Nerón que se alzaba en los aledaños o simplemente por sus gigantescas dimensiones (527 m de circunferencia y 57 m de altura), a la altura de la grandeza romana. ¡Los juegos inaugurales, en el año 80 en tiempos de Tito, duraron cien días! En el interior descubrirá un óvalo bastante redondeado de 188 m por 156 m y rodeado por una impresionante muralla que antiguamente estaba cubierta de gradas con capacidad para 50.000 espectadores (45.000 sentados y 5.000 de pie). Bajo la arena se suceden los pasillos y corredores.
Fundada en el s. V por Sixto III, es una de las cuatro basílicas "mayores" de Roma, y goza, desde los acuerdos de Letrán (1929), del privilegio de extraterritorialidad.Rodeada de dos palacios idénticos, fue edificada por Ferdinando Fuga, arquitecto adepto al clasicismo pero influenciado por Borromini: las líneas quebradas y el juego de espacios vacíos son influencia de este último. Bajo el pórtico está el rey de España, Felipe IV, benefactor de la basílica. La loggia, desde donde el papa daba su bendición urbi et orbi, ha conservado una hermosa decoración de mosaicos, obra de Filippo Rusuti. El interior ha sido transformado muchas veces. De proporciones casi perfectas y dividido por una doble hilera de columnas jónicas y de resplandecientes colores, es un ejemplo de arquitectura cristiana primitiva. También merecen la pena los mosaicos de la nave central, del arco triunfal y del ábside. Los de la nave son los mosaicos cristianos más antiguos de Roma (s. V) y exhiben escenas extraídas del Antiguo Testamento. Los del ábside también son deslumbrantes. No hay que olvidar el baldaquibo, el techo dorado según se dice con el primer oro procedente de Perú, la capilla de Sixto V que convirtió a Roma en una gigantesca obra y la fastuosa capilla Paulina donde yace Pablo V Borghese en un decorado donde se mezclan jaspes, lapislázuli, ágatas y amatistas.
Los peregrinos acuden a esta iglesia para venerar las cadenas que apresaron a San Pedro en Jerusalén y después en Roma. Los amantes del arte acuden atraídos por el famoso Moisés esculpido en mármol de Carrara por Miguel Ángel, que iba a formar parte del monumental mausoleo concebido para el papa Julio II. El faraónico proyecto inicial se redujo singularmente tras la muerte del papa y Miguel Ángel sólo realizó el Moisés y los esclavos.
Los foros fueron construidos por deseo de César, Augusto, Vespasiano, Nerva y Trajano para que templos, basílicas y pórticos dieran fe de su poderío. De los de Nerva y Vespasiano apenas si queda nada. El yacimiento fue excavado durante el s. XIX. En esta época las construcciones que se añadieron durante la Edad Media fueron eliminadas. Entre 1924 y 1932, el yacimiento fue completamente excavado para construir la vía de los Foros Imperiales: esta arteria de 30 m de ancho y 850 de largo, divide de forma irremediable el yacimiento arqueológico.
En esta amplia plaza reina el sonido de los cláxones de los automovilistas furiosos, de las vespas, el gruñido de los autobuses, la bulla de una circulación caótica, los incesantes "pronto" en respuesta a los agridulces timbres de los portátiles. Es la plaza por donde todo el mundo pasa. Y pensar que en el Renacimiento era una tranquila placita...
Armonía, encanto, majestad. Es una plaza que hay que descubrir dejando a un lado todo lo demás, y imaginándose que uno está ahí solo durante un instante.Cubierta de monumentos y templos en la Antigüedad, abandonada a las cabras en la Edad Media, fue reacondicionada a partir de 1536 según un proyecto de Miguel Ángel, no siempre seguido al pie de la letra. Aunque antaño daba al foro, ahora se abre a la ciudad moderna, desde donde se accede por la escalera de la Cordonata. Las estatuas de los Dioscuros, Castor y Pólux, de finales del Imperio, a ambos lados de la escalera, fueron halladas en el Campo de Marte en el s. XVI. En el centro, la estatua ecuestre de Marco Aurelio contempla con la acostumbrada filosofía de este emperador la multitud que ha invadido la plaza. Los Trofeos de Mario y las columnas militares completan la decoración de esta plaza en forma de trapecio, cerrada por el palacio del Senado, el palacio de los Conservadores, a la derecha, y, a su izquierda, el Nuevo Palacio, que actualmente albergan el renovado y ampliado Museo del Capitolio.
Anita Ekberg en traje de noche chapoteando en la fuente: esta escena de la película de Fellini, La Dolce Vità, hizo tan famosa esta monumental fuente, obra maestra del barroco, que es difícil concebir el lugar sin la presencia de la rubia sueca, ni la de Marcello Mastroianni. Una multitud, en la cual los grupos de japoneses son mayoría, invade todos los días el lugar. El origen de la fuente, como nos recuerda uno de los altorrelieves, fue un canal de 20 km, la Acqua Vergine, construido por Agripa en 19 a.C. Clemente XII encargó a Nicola Salvi en 1732 su construcción. El arquitecto dio a la fuente las dimensiones del palacio al cual está adosado y diseñó un arco de triunfo de donde surge la figura del Océano, encaramada en un carro guiado por dos caballos marinos y dos tritones, mientras que desde los nichos laterales vigilan la Abundancia y la Salubridad. La tradición dice que aquel que arroje en las verdes aguas dos monedas regresará a Roma.
Un lugar célebre en todo el mundo: al final de la elegante via dei Condotti, esta plaza, dominada por la escalera de la Trinidad de los Montes, cuyos escalones son invadidos por jóvenes y menos jóvenes en los días de buen tiempo para descansar o disfrutar del instante y del lugar.Formada por dos triángulos, adquirió su nombre en el s. XVII cuando la embajada de España ante la Santa Sede se estableció en el palacio de España. Inmediatamente, el barrio se convirtió en territorio español: se cuenta que muchos extranjeros que se perdían aquí por la noche despertaban como soldados del ejército español sin comprender lo que había pasado. En el centro se alza la famosa fuente de la Barcaccia, que representa un barco decorado por los soles y las abejas del blasón de los Barberini. Se trataría de una obra de Pietro Bernini, el padre de Bernini. A la derecha de la escalera, está la casa rosa donde murió el poeta romántico inglés Keats. Haciendo juego con ésta, un salón de té de estilo muy victoriano. Y en frente se encuentra la suntuosa escalera, adornada de azaleas al acercarse la primavera y rematada por la fachada de la iglesia de la Trinidad de los Montes, precedida de su obelisco. Rara vez un lugar habrá sido tan fotografiado. Llega a tal punto su fama que uno queda verdaderamente sorprendido cuando al descubrirla comprueba que es tal como uno se la imaginaba... Y, por supuesto, al igual que todo el mundo, hay que sentarse en los escalones (¡si encuentra un sitio libre!) para aprovechar el instante y darse cuenta en efecto, de que realmente uno está en Roma.
En el centro de esta simpática plaza, invadida en días de buen tiempo por las terrazas de los cafés, se alza una fuente realizada por Giacomo Della Porta en 1578 y que el papa Clemente XI hizo recubrir en 1711 de un obelisco proveniente del templo de Isis y que se apoya sobre una base adornada con delfines y el blasón pontifical. El albergo del Sole, en el n° 63, es uno de los hoteles más antiguos de la ciudad y entre sus clientes se encuentra Ariosto (1474-1533). Y, por supuesto, aquí se encuentra el Panteón, una de las maravillas de Roma
"El panteón es lo más perfecto que nos queda de la arquitectura romana" exclamaba Stendhal. Cómo no compartir esta opinión al ingresar en este templo consagrado a todos los dioses por Agripa en el año 27 a.C. y luego reconstruido por Adriano en el s. II, antes de ser transformado en iglesia a partir de s. VII.Apenas cruce el galería porticada de sus 16 columnas de granito monolíticas quedará embargado por la grandeza y la armonía de esta inmensa sala circular. La cúpula antigua, de una insólita audacia, se alza a 43,30 m de altura y está abierta en el centro por una enorme linterna, única fuente de luz del edificio. El interior está marcado por columnas monolíticas dispuestas delante de nichos redondeados y rectangulares. Fueron habilitados como capillas: en una reposa el primer rey de Italia, Víctor Manuel II (1820-1878). El pintor Rafael, fallecido en 1520, descansa en un hermoso sarcófago antiguo en el que está inscrito el famoso homenaje de Pietro Bembo: "Al verlo la Naturaleza temió ser vencida; ahora que está muerto, teme morir". Aquí, en este lugar impregnado de la magia del pasado y de la grandeza clásica, es imposible no experimentar una profunda emoción.
Desde la mañana hasta la noche, este emblemático lugar está siempre lleno de una densa multitud. Las terrazas de los cafés (entre los cuales destaca el histórico Tre Scalini, famoso por sus tartuffi) siempre están repletas, sus fuentes sirven de improvisados bancos a los paseantes, los caricaturistas ofrecen su lápiz a los transeuntes, palomas y tortolillos hacen gorgoritos al unísono y músicos y malabaristas reúnen a los curiosos en torno a ellos. Si cae una gota de agua, aparecen instantáneamente de no se sabe dónde un ejército de vendedores de paraguas... ¡Es el teatro permanente de Roma! Esta plaza alargada, que recuerda el estadio de Domiciano, está bordeada de fachadas ocres, fuentes como la Fontana dei Fiumi encargada a Bernini por el papa Inocencio X o las del Moro y de Neptuno en ambos extremos, un obelisco en su centro hallado en la via Appia, la fachada cóncava de la iglesia de Santa Inés de Borromini y el palacio Pamphili que alberga la embajada de Brasil. Un emperador, un papa, dos maestros del barroco, toda Roma resumida en esta plaza . La Plaza Navona es antes que nada un lugar agradable, un armonioso conjunto, un lugar para pasear o para tomar algo en alguna de sus terrazas o cafés, un lugar para experimentar la célebre dolce vità romana.
Esta inmensa plaza, vestíbulo de la Basílica de San Pedro, es indudablemente una de las más conocidas del Mundo.Iniciada en 1656 por Bernini bajo el pontificado de Alejandro VII, fue terminada en 1667. De forma casi circular (se trata en realidad de una elipse), está rodeada a ambos lados de dos columnatas que forman un notable conjunto de sobriedad y solemnidad. En el centro de la plaza se alza un gran obelisco. Este monolito de granito tallado en el s. I a.C. en Heliópolis fue traído a Roma por orden de Calígula, quien hizo que lo colocaran en su circo, a la izquierda de la actual basílica. Sixto V ordenó a Doménico Fontana su instalación en el centro de la plaza. No menos de 800 hombres y 75 caballos fueron necesarios para realizar esta operación. En la cúspide se conservó una reliquia de la Santa Cruz. Las dos fuentes son atribuidas a Bernini y a Carlo Maderno. Los dos discos insertados en el suelo señalan los focos de la elipse que forma la plaza. Desde aquí, la columnata parece compuesta de una sola fila de columnas, una proeza de perspectiva de la cual Bernini era un apasionado. Una escalera majestuosa conduce de la plaza a la basílica. Con motivo de las apariciones papales, la inmensa plaza, llena de gente, se muestra en toda su esplendor. Fuera de las grandes fechas del calendario, el Papa aparece en el balcón para el Angelus cada domingo (al mediodía).
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